Hombre en Zancos apuesta a la reflexión sobre lo complejo de las decisiones que los
ciudadanos enfrentamos al construir/nos en colectivo.
Alcanzar objetivos nuevos o superar metas ya existentes implica decisiones conceptuales
y técnicas; análisis de coyunturas y emplazamientos. Por sobre todas las cosas esto
requiere animarse a enfrentar nuevos desafíos. Para ello es necesario seleccionar y
diseñar estrategias.
Al emprender un camino, la consideración de lo ético y lo moral se vuelve ineludible. La
forma en que un individuo enfrenta situaciones refleja su concepción de hombre, sociedad
y mundo. Colocar al Hombre en Zancos busca generar la reflexión sobre las formas que
se seleccionan para lograr una meta.
El orden de los elementos que conforman la obra, hombre y zancos, busca trabajar la
libertad y el vuelo. Aspectos fundamentales en un espíritu con voluntad de alcanzar
nuevos horizontes.
Colocar al hombre lo más alto posible, como si estuviera en el aire, busca modificar el
horizonte de quien contempla la obra. El espacio determinado entre el piso y los pies del
hombre permite tener referencia del lugar al tiempo de integra a la obra al mismo. La
relación entre el tamaño del hombre y los zancos se define buscando mantener armonía
entre los siguientes conceptos: lejos y cerca; chico y grande; alcanzable e inalcanzable.
Los materiales seleccionados son hormigón y hierro elementos estructuradores de las
Torres. Característica que colabora con la inserción de la obra en ese espacio y su
conservación. Esto último se debe a que el hormigón es un material de bajo
mantenimiento, alta durabilidad y alta resistencia a múltiples agentes. El tratamiento que
se les dará genera contraste. Esta confrontación estética quiere llevar a una reflexión
ética.